
Ingredientes:
200 gramos nata
2 huevos
1 cucharadita extracto de vainilla
175 gramos azúcar de caña
500 gramos harina
1 ½ cucharadita polvo de hornear
1 ½ cucharadita bicarbonato de sodio
½ cucharadita sal
½ cucharadita canela molida
Preparación
En un tazón grande, coloca las natas, bate hasta que se esponjen un poco. Agrega los huevos y la vainilla, mezcla bien. Cuando estén bien incorporados, agrega el azúcar y mezcla.
En un tazón mediano, cernir la harina junto con el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio, la sal y la canela. Agrega poco a poco a la mezcla de ingredientes líquidos. Mezcle con una cuchara hasta el punto en que sea imposible seguir mezclando con facilidad; es momento de seguir mezclando con las manos hasta que la masa quede suave y lisa.
Cubre la masa con una bolsa de plástico y refrigera por lo menos 30 minutos; de preferencia toda la noche.
Enharina una superficie plana. Saca la masa del refrigerador y extiende sobre la superficie enharinada. Amasa hasta llegar a 1 cm de grosor. Con un cortador de galletas redondo de 7 cm de diámetro, corta las gorditas.
Calienta un sartén antiadherente a fuego lento (muy bajo), coloca las gorditas y da la primera vuelta cuando todavía se vean un poco crudas, esto hará que queden súper esponjositas. Cuando se hayan elevado al máximo, gira de nuevo. (En total, tienes que voltearlas 2 veces). Continua con el resto de la masa